Transforma tus mañanas: consejos para madrugar

Recientemente, me topé con un estudio de Jane Wardle, publicado en el Periódico Europeo de Psicología Social, que dice que para convertir un nuevo objetivo en un hábito automático necesitamos 66 días. Y aquí estoy, llevándome casi seis años levantándome casi a las 5:00 de la mañana de lunes a viernes. La verdad, madrugar ha sido un cambio que ha transformado mi vida, ¡sin lugar a dudas!

Pero no siempre fue así. Antes, podía dormir más de 12 horas como si fuera un oso en hibernación. Era ese tipo que se cansaba solo con respirar. No sé si acumulaba energía para hacer cosas útiles, pero ahora, con esos madrugones, mis días son mucho más largos y productivos.

Despertarme temprano me da la oportunidad de no salir corriendo a la ducha como si el tiempo me estuviera persiguiendo. No, no, aquí me tomo mi tiempo, organizo mentalmente mi día, me imagino el clima y hasta el outfit que voy a lucir. De vez en cuando, la cama me atrapa, pero eso es más una excepción que la regla. Cada día me gusta más esa versión matutina de mí.

Así que aquí van algunas claves que he puesto en práctica para convertirme en un madrugador sin dramas:

  1. Dormir bien: Madrugar no significa sacrificar el sueño. Si tengo que estar fuera de la cama temprano, intento acostarme lo más pronto posible. ¡Mis siete u ocho horas de sueño son sagradas!
  2. Usar una alarma amigable: Después de varios experimentos, descubrí que despertar plácidamente es la mejor manera de empezar el día. Un despertador que no me traume, por favor.
  3. Reducir el café: Después de las dos de la tarde, el café queda fuera. Prefiero cambiarlo por una bebida caliente que no contenga cafeína. Eso me ayuda a dormir mejor y a levantarme más fresco.
  4. Hidratarse: Tomar agua antes de dormir es clave. Si no, es seguro que tendré que levantarme a hacer un pit stop en medio de la noche. ¡Además, el agua siempre es buena!
  5. Motivación para madrugar: Encuentra algo que te emocione al levantarte. Ya sea disfrutar un desayuno delicioso, hacer ejercicio o escuchar tu canción favorita. Sé creativo, ¡diviértete!

Claro, esto de madrugar tiene sus desventajas. Los fines de semana, me tomo la licencia de dormir un poco más. No crean, me he encontrado con los ojos abiertos a las seis de la mañana un domingo, y eso puede ser un tanto frustrante si me acosté tarde. Pero al menos, estos últimos años he visto más amaneceres de los que vi en toda mi vida, y eso, mis amigos, es un regalo divino.

Así que si estás pensando en unirte a este club de los madrugadores, ¡adelante! Pero recuerda, cada uno a su ritmo. Nos vemos al amanecer.