Thunderbolts – ¿Redención real o reciclaje con buen marketing?

Después de una racha más irregular que el acento de Florence Pugh como Yelena, Marvel intenta lavarse la cara con Thunderbolts, su nueva apuesta para cerrar con algo de dignidad la Fase 5. Y sí, el escepticismo era válido: un escuadrón de personajes que, seamos sinceros, nadie pidió volver a ver. Ghost, Taskmaster, U.S. Agent… más que una alineación de antihéroes, parecía una lista de ex tóxicos de los que uno intenta huir. Pero lo que parecía una reunión forzada de secundarios reciclados, termina dando una sorpresa bastante decente. De esas que no ves venir… como cuando tu ex te escribe para “solo hablar”.

Lo curioso —y aquí está el mérito— es que logran que te importen. No porque se vuelvan heroicos de la nada, sino porque construyen esa empatía a punta de traumas, errores y malas decisiones. No es la típica película donde el personaje se vuelve bueno por un discurso inspirador de cinco minutos. Aquí todo duele, todo pesa, y eso se nota. Hay un enfoque más psicológico, más honesto, que por fin le baja al CGI y le sube al drama interno. ¿El resultado? Una película que, aunque arranca lenta como reunión de Zoom un lunes, poco a poco encuentra su ritmo, su tono y hasta algo de alma.

La dirección de Jake Schreier (sí, ese que hizo Paper Towns y nadie recuerda) sorprende porque, en lugar de saturarnos con efectos, apuesta por una fotografía más densa, menos plástica. A ratos parece una película de espías con trastornos, y eso, dentro del MCU, ya es decir algo. Cada personaje tiene su momento: no hay un solo protagonista, sino un conjunto de almas rotas que funcionan —y se rompen— como equipo. El guion no se esfuerza por hacerte creer que estos son los nuevos Vengadores. De hecho, ese es el punto: no quieren salvar el mundo, quieren salvarse a ellos mismos. Y eso conecta.

Ahora, no todo es perfecto. El traje de Sentry… mamita. Esa mezcla entre Homelander, Mr. Músculo y un maniquí de gimnasio mal iluminado genera más distracción que respeto. El personaje como tal tiene potencial, pero su diseño parece sacado de un mal fan-art de Reddit. Tampoco ayuda que lo presenten con tanto bombo para que luego te preguntes si su ropa era prestada. Sin embargo, y contra todo pronóstico, cuando la película termina, no solo no odias al grupo… quieres volver a verlos. Tienen química, personalidad, historia, y eso es más de lo que se puede decir de muchos intentos recientes del estudio.

Thunderbolts no es una joya, pero sí una pieza digna que rescata la humanidad dentro del caos Marvel. Si los Guardianes de la Galaxia eran la familia disfuncional adorable, estos son los primos problemáticos que no sabías que necesitabas, pero que al final terminan cayéndote bien. ¿Lo mejor? Que en ningún momento intentan fingir que todo va a salir bien. Solo hacen lo que pueden con lo que tienen. Como uno en la vida adulta.

Calificación: 4/5.
Una redención inesperada, envuelta en sarcasmo, heridas y muy buena coreografía de pelea. Y si esto es el futuro de Marvel… al menos no pinta tan deprimente como pensábamos.