Hay series que no necesitan efectos, ni persecuciones, ni cliffhangers forzados para atraparte. Solo les basta con un buen dilema moral, actuaciones sólidas y una historia que, aunque podría sonar reciclada, se siente brutalmente original. The Good American Family, que acaba de llegar a Star (Disney+), es exactamente eso.
Lo que me gustó:
Este tipo de series me ganan cuando logran algo muy difícil: que cambies de opinión sobre sus personajes. Pasas del juicio fácil a la empatía. Del “yo haría esto” al “uff, no sé qué habría hecho”. Ellen Pompeo (sí, Meredith Grey en modo oscuro) está en control total de cada escena, y Mark Duplass le da un equilibrio perfecto a la historia. Lo más interesante es cómo la narrativa se fragmenta en múltiples puntos de vista, lo que te obliga a desconfiar de todo y de todos. Y eso… se disfruta.
El caso en el que se basa (la adopción de Natalia Grace) ya era polémico. Pero acá le dan un giro emocional sin perder la tensión del drama legal y familiar. ¿La niña es víctima? ¿O una manipuladora de campeonato? Cada capítulo alimenta tus dudas.
Lo que no me convenció:
Al ser una miniserie, hay momentos donde las transiciones son un poco bruscas, como si faltaran escenas clave entre capítulos. También hay decisiones narrativas que pueden sentirse sensacionalistas, aunque vienen disfrazadas de «explorar el trauma». Pero bueno, si el objetivo era mantenernos pegados al sillón… lo logran.
Opinión final:
Sin duda, es un plan perfecto de fin de semana. Una historia que mezcla morbo con humanidad, juicio con compasión. Te deja pensando más de lo que esperas. Fácil de ver, más difícil de olvidar.
Calificación: 4.1/5 – No reinventa el género, pero lo cuenta con alma, empatía y un casting que brilla.