Mi Evolución en el Fitness: Del Rechazo al Gimnasio a la Constancia en Smart Fit

Déjenme confesarles que nunca fui un apasionado del mundo de las pesas y las máquinas del gimnasio. La idea de pasar horas allí, como un animal en adiestramiento, no me atraía. Además, la sensación de no encajar en ese ambiente me llevaba a abandonar mis intentos anteriores de asistir a un gimnasio después de poco tiempo.

Sin embargo, la cuarentena cambió las reglas del juego.

Desde el primer día, me propuse hacer ejercicio en casa, con la esperanza de mantenerme en forma física y mentalmente al final de todo. Entrené diariamente con tutoriales de YouTube y rutinas de entrenadores, decidido a mejorar en ambos aspectos.

Pronto me enfrenté al desafío de no molestar a mis vecinos en el edificio, lo que me llevó a buscar un gimnasio.

Para mí, fue fundamental encontrar un gimnasio que estuviera cerca de mi trabajo o de mi casa, y que, cuando estuviera de viaje, me brindara la posibilidad de entrenar en una sede aliada.

En Smart Fit, encontré ese espacio que me permitió mantener mi rutina sin excusas.

Smart Fit

Aquí comparto algunos consejos que me han ayudado a adaptarme a este nuevo régimen y a disfrutar del proceso de entrenamiento:

  • Ubicación estratégica: Encontré un gimnasio cercano a mi casa y trabajo. Esto no solo me ayudó a superar la pereza de ir, sino que también me permitió ahorrar tiempo y dinero en transporte.
  • Música y aislamiento: Llevo mis audífonos con una lista de reproducción que me encanta. Esta estrategia me ha permitido concentrarme en la música y la rutina, evitando distracciones externas y pensamientos negativos.
  • Evitar las horas pico: Opté por ir en horarios con menor afluencia de personas. Esto me permite acceder libremente a los equipos y mantener una rutina más fluida.
  • Enfoque en la técnica: En lugar de obsesionarme con levantar pesos pesados, me concentro en realizar los ejercicios correctamente. Utilizo la orientación de instructores y recursos en línea para asegurarme de ejecutar los movimientos de manera efectiva.
  • Mentalidad de competencia: Cada vez que entro al gimnasio, me mentalizo para darlo todo. Me imagino en una competencia de resistencia o preparándome para una película de acción. Este enfoque me ayuda a mantener la intensidad y la concentración durante el entrenamiento.

Estos consejos me han permitido adaptarme cómodamente al entorno del gimnasio y disfrutar de mis entrenamientos de una manera que nunca había experimentado antes.

¡Espero que les sean útiles y los motiven a abrazar su propia experiencia de acondicionamiento físico!

¡Nos vemos en el gimnasio, sí se puede!