¿LILO & STITCH ES OTRO LIVE ACTION «LOJITO»?

Disney lo volvió a hacer. Lilo & Stitch regresa a la pantalla grande 23 años después de su estreno original, esta vez en versión live action… aunque lo de “live” es relativo, porque Stitch sigue siendo digital de pies a cabeza. Pero tan bien logrado, que dan ganas de estirarle la oreja.

El 18 de mayo se estrenó en Colombia, y tuve la oportunidad de estar en la premiere. Expectativa había. Dudas, también. Porque a estas alturas, otro remake de Disney suena más a “estrategia de merchandising” que a verdadera necesidad creativa. Pero aquí estamos: con palomitas en mano y el corazón abierto a ver si todavía hay magia en esa frase que tanto marcó: Ohana significa familia.


Lo que me gustó:

  • Stitch versión 2024 es adorable… y casi tangible. Aunque es 100% digital, se siente real. Cada gesto, gruñido y mirada está tan bien animado que por momentos crees que podrías adoptarlo. La tecnología se luce sin gritar.
  • Maia Kealoha es un descubrimiento. La pequeña actriz que interpreta a Lilo no está actuando: vive el personaje. Tiene esa mezcla de rebeldía y ternura que hacía falta. Auténtica, sin poses. Una estrella en formación.
  • La relación entre Lilo y Nani tiene más peso. Aquí no solo vemos a dos hermanas discutiendo: sentimos lo que significa crecer sin padres, sobrevivir como se puede, y seguir creyendo en el amor familiar cuando todo parece caerse. Hay fondo, y se agradece.
  • La dirección evita la copia. No es un calco cuadro a cuadro del original. Tiene identidad propia, pero mantiene la esencia. Respeta sin arrastrarse.

Lo que no me convenció:

  • ¿Era necesario otro live action? Sí, este funciona. Pero también es cierto que parte del impacto viene de la nostalgia. No hay una reinvención radical ni un aporte disruptivo. Es una buena versión, no una nueva visión.
  • El ritmo cae por momentos. Algunas escenas estiran demasiado el drama o el “momento tierno”, como si le tuvieran miedo a ir al grano.

Opinión final y calificación:

Lilo & Stitch versión 2024 no es un intento desesperado por revivir un clásico. Es una carta de amor bien escrita, bien actuada y visualmente impecable. Tiene momentos genuinos que te aprietan el pecho y otros que te sacan una carcajada real. No es perfecta, pero sí es honesta. Y eso hoy en día vale más que una historia original mal contada.

Calificación: 4/5
Ideal para quienes crecieron con la original… y para quienes hoy todavía no saben que una familia puede empezar con un “experimento 626”.