Millie Bobby Brown, Chris Pratt y un ejército de robots digitales protagonizan ‘Estado Eléctrico’, la película más cara de Netflix hasta la fecha. Dirigida por los hermanos Russo y con un presupuesto de más de 320 millones de dólares, llega este mix de ciencia ficción, drama adolescente y paisajes apocalípticos… directo al streaming.
Lo que me gustó:
Sí, costó una fortuna. Y sí, se nota. El CGI es impecable: robots bien diseñados, mundos postapocalípticos visualmente llamativos y una dirección de arte que, aunque suavizada para toda la familia, se disfruta. Técnicamente, es una película que grita “pantalla gigante”, y aunque la veas desde el sofá, se siente que hubo presupuesto.
Los personajes robóticos, además, tienen carisma. Algunos tienen más personalidad que los humanos del cast, y eso ya dice mucho. También se agradece que no se tomaran demasiado en serio y mantuvieran un ritmo ligero.
Lo que no me convenció:
Millie Bobby Brown vuelve a su zona de confort: una chica con trauma emocional, un vínculo forzado con su “hermano” y una expresión que dice más con los ojos que con el diálogo. Nada nuevo bajo el sol.
Chris Pratt, por su parte, parece sacado de un cosplay de sí mismo. Chaqueta de cuero, mundo destruido y una peluca que claramente no pasó por control de calidad. ¿Era esto o ser Star-Lord otra vez con otro nombre?
Y el guion… flojo. No es que uno esperara Shakespeare, pero se siente predecible y sin riesgo. Una historia diluida para que encaje en el molde de película familiar, perdiendo algo de la fuerza que probablemente tenía la obra original.
Opinión final y calificación:
‘Estado Eléctrico’ no es una catástrofe, pero tampoco es el evento cinematográfico que su precio sugiere. Es visualmente poderosa, ideal para una tarde de palomitas y cero expectativas. No vas a odiarla, pero probablemente la olvides rápido.
Calificación: 3/5 – Un “meh” con presupuesto de superproducción.
¿Ya la viste? ¿Te pareció épica o te dormiste antes de los créditos? Te leo en los comentarios.