Descubre tu Versión Fiestera

En nuestra cultura colombiana, sabemos cómo celebrar cualquier ocasión con una copa en mano. No importa si es un cumpleaños, una primera comunión, un bautizo, o hasta un divorcio, ¡siempre hay motivos para brindar y festejar! Y claro, con tanta celebración, es fácil caer en la trampa de “poner la torta”.

Después de analizar mis propias noches épicas y de observar algunos ridículos ajenos, he creado un ranking de “torteros” que, al igual que los pasteles, vienen en todos los sabores y colores. Aquí te presento los tipos más comunes:

1. El Tortero de Chocolate
   Este es el alma de la fiesta, el que con unos tragos se convierte en el rey del amor, abrazando y besando a todo el mundo hasta que resulta cansón. Termina pidiendo matrimonio a la mesera y, al final de la noche, acaba dormido en un mueble de la discoteca, rodeado de lágrimas y mocos. ¡Todo un clásico!
2. El Tortero de Frutica Picada
   El tipo de tortero con el estómago frágil que termina encerrado en el baño, abrazado al inodoro. Es común verlo en los que tienen entre 20 y 30 años, pero si alguien de más de 30 está en esta categoría, es evidente que aún le falta experiencia en la vida.
3. El Tortero Tres Leches
   No necesita mucha explicación, solo recuerda que siempre hay que usar protección, ¡y no estamos hablando de sombreros!
4. El Tortero Bañado en Vino
   Este tortero es el que se emborracha y usa el vino como terapia para el corazón roto. Promete que lo superó con el primer trago y manda notas de voz con la letra de “Tiburón bebé” en el último. Termina la noche con rancheras y solo porque nadie lo aguanta después de tres horas de drama.
5. El Tortero Sorpresa
   El más impredecible de todos. Este tortero puede hacer cualquier cosa: tirarse del tercer piso, pelear con cualquiera o quedarse sin ropa. Al día siguiente, “¡sorpresa!”, no recuerda nada y se entera de sus andanzas solo cuando le muestran las fotos y videos. ¡Toda una caja de sorpresas!

He sido todos estos torteros en algún momento de mi vida, así que ahora estoy en plan de volverme abstemio. Con un platito de torta ya tengo suficiente para recordar las locuras de mi pasado. ¡Salud y cuidado con esos tragos de más!