¿Amor o subsidio? Relaciones con modelo de financiación incluida

Hace poco, en medio de una jornada de trabajo cualquiera, alguien con quien apenas tenía confianza decidió que yo era la persona ideal para soltarle una verdad incómoda sobre su vida sentimental.

—Es que sigo viéndome con mi ex…

Hasta ahí, nada raro. Pero la forma en que lo dijo tenía ese tono de confesión con asterisco.

—¿Y entonces? ¿Siguen juntos?

—No, pero le sigo ayudando con algunas cosas…

Y ahí lo entendí todo.

Ya no estábamos hablando de una ex pareja, sino de un programa de asistencia social con derecho a besitos esporádicos.

Bienvenidos a la era en la que las relaciones no solo se construyen con amor y compatibilidad, sino también con un modelo de financiación sostenible. Porque el romance es bonito, pero ¿qué tan bonito es cuando viene con beneficios económicos?

No nos hagamos los sorprendidos. Esto no es nuevo. Desde siempre ha habido acuerdos no escritos donde uno pone el corazón y el otro la billetera. La diferencia es que, en 2025, ya ni siquiera se disimula. Hay quienes no buscan pareja, sino un patrocinador emocional con cuenta de ahorros activa.

Y ojo, que aquí nadie está diciendo que el dinero no influye en una relación. Claro que sí. Es difícil hablar de amor cuando hay deudas hasta para respirar. Pero una cosa es compartir gastos, apoyarse mutuamente, y otra muy diferente es ser el subsidio personal de alguien que ya ni siquiera es tu pareja.

Lo curioso es que muchas veces ni siquiera se trata de necesidad real. Hay personas con suficiente encanto para conquistar con amor y buen sexo, pero aun así insisten en adjuntar un plan de financiación al paquete. Porque sí, porque pueden, porque han aprendido que siempre hay alguien dispuesto a pagar por compañía disfrazada de amor.

El problema de esta ecuación es que, cuando el dinero se vuelve el pegamento de la relación, el día que se acaba, se acaba todo. Y ahí es cuando llega el golpe de realidad: nunca fue amor, fue una inversión con muy mal retorno.

Así que, si usted está en una relación donde su billetera pesa más que la conexión emocional, hágase un favor: revise si está construyendo un vínculo o simplemente financiando un estilo de vida ajeno. Porque el amor puede ser muchas cosas, pero lo que no debería ser… es un cajero automático con sentimientos.